La fimosis en pediatría se define como la imposibilidad de retraer el prepucio (piel que recubre el glande) sobre el glande. Afecta a 1 de cada 3 niños y es más frecuente en varones. La mayoría de los casos se resuelven de forma espontánea antes de los 4 años de edad y, por lo tanto, no requieren tratamiento. Sin embargo, cuando la fimosis persiste en la edad adulta, puede ser necesario un tratamiento médico o quirúrgico.
Fimosis es el nombre médico para una condición en la que el prepucio (piel que cubre el extremo del pene) está demasiado ajustado para ser retirado por completo del glande (extremo del pene que se puede ver y que se hincha cuando se está excitado sexualmente).
La fimosis puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida (desarrollada después del nacimiento). La fimosis congénita es mucho más común en los varones neonatos y bebés, y suele resolverse espontáneamente en la infancia. La fimosis adquirida es más común en los adolescentes y adultos, y puede deberse a enfermedades de la piel, infecciones o lesiones.
La fimosis puede ser molesta o dolorosa, y puede interferir con la higiene normal del pene o con la actividad sexual. En algunos casos, la fimosis puede conducir a complicaciones médicas, como infecciones del pene o de las vías urinarias.
El tratamiento de la fimosis depende de la edad del paciente, la severidad de la condición y los síntomas. En algunos casos, la fimosis puede tratarse con cirugía para eliminar el prepucio.
¿Cómo se cura la fimosis en niño?
La fimosis es un estrechamiento del prepucio (piel que recubre el glande) que impide que éste se pueda retractar. Es una condición normal en los bebés y en la mayoría de los niños pequeños, y suele ir solucionándose por sí sola a medida que el niño crece.
En algunos casos, la fimosis puede persistir en la edad adulta y puede ser necesario realizar una cirugía para corregirla. La cirugía se realiza bajo anestesia local y consiste en separar el prepucio del glande para poder retractarlo.
¿Qué es la fimosis y cómo se corrige?
La fimosis es una afección en la que el prepucio (capullo) del pene está muy ajustado al glande y no se puede retraer. Esto puede causar dolor, especialmente durante la erección o el acto sexual, y puede ser una fuente de infección. La fimosis también puede impedir que el semen salga durante el orgasmo, lo que puede reducir la fertilidad.
La fimosis se puede corregir con cirugía, llamada prepucioplastia. Esta operación suele ser muy efectiva y no requiere anestesia general.
¿Qué es fimosis en pediatria?
La fimosis es una afección en la que el prepucio (piel que recubre el glande) se adhiere firmemente al glande y no puede ser retraído. La fimosis puede ser congénita (presente al nacer) o adquirida (después del nacimiento). La fimosis congénita es muy común en los niños y suele mejorar con la edad. La fimosis adquirida es menos común y puede deberse a una infección, trauma o cicatrización del prepucio. La fimosis puede causar molestias durante el baño o al orinar, y también puede aumentar el riesgo de infección. Si la fimosis no mejora con el tiempo, puede requerir tratamiento médico.
¿Qué pasa si un niño tiene fimosis?
La fimosis es una condición en la que el prepucio (piel que cubre el glande) está muy ajustado alrededor del pene y no se puede retraer. La fimosis puede ser dolorosa e impedir que un niño orine normalmente. La fimosis también puede aumentar el riesgo de infección del pene.
La fimosis en pediatría es una afección en la que el prepucio se encuentra muy ajustado al pene y no puede ser retraído. Esto puede ser incómodo y a veces doloroso. Si la fimosis es severa, puede impedir el correcto funcionamiento del pene. La fimosis también puede ser un factor de riesgo para la infección del pene. Si la fimosis no se trata, puede conducir a complicaciones más graves, como la enfermedad de la piel del pene y la infección del pene.
La fimosis es una condición en la que el prepucio (piel que cubre el glande) está muy ajustado alrededor del glande y no se puede retraer. Si bien es normal que los niños tengan fimosis, la mayoría de los niños la superarán a medida que crecen. La fimosis puede ser dolorosa e interfiere con la higiene. En algunos casos, la fimosis puede ser un signo de otra afección, como balanitis (infección del glande). Si la fimosis es dolorosa o interfiere con la higiene, el tratamiento puede incluir el uso de una pomada esteroide o una cirugía para separar el prepucio del glande.
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